viernes, 5 de mayo de 2006

Soledad

Qué es esto de saber por ti,
que los peces comen galletas de animalitos,
que bajo los soles de aparador,
la felicidad es siempre ajena y compartida.
Me decías que te pintara como fueras:
una nube gris con corazón de púrpura,
una tormenta de arena en pleno bosque
que todo lo cambia de lugar y cosmos.
Siempre pensé que te acabaría odiando
pero igual me acostumbre a tus pasos
de sombra en corredor solitario
y a las puertas cerradas a mi espalda.
Para qué negarte, niebla de febrero
que caes sobre mi vida como castigo
y libertad de héroe que no se entiende.
No me dejes ahora, sin tí, soledad.

Christian Pichardo